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Yacía en ese prado de sombras, perdida
en los sueños en su herida fresca,
en el vasto espacio de sus sabanas,
ni una palabra que tiñese la brisa,
pero anidaba su corazón hermosura
mientras los detalles de su rostro sonreían.
Cerro sus labios fuertes,
todavía una luz de vida proyectada,
el anhelo de la caricia que sentía
intencionadamente la llevo a desear
estar... sentir... la memoria de la existencia,
más antes de concluir, un suspiro,
el último, me lo dedico al abrir sus ojos
y contagiándome una paz sublime,
abrió de nuevo su boca,
tensando el cuerpo cayó en el trance
del sueño eterno, maravilloso momento
de ternura que invadió mi corazón, y seguí
acariciándola, adivinando por un momento
mi egoísmo, el brillo de su piel,
la calentura de su carne que aún eran míos
y el mundo en un crepúsculo...
que yacían en mi corazón...
Y antes de sentir mi alma junto a la suya
engañe a mi sensibilidad para alcanzar su espíritu
y en un mágico momento revivir el aroma,
la dicha, meciéndonos juntas entre lo divino
y esa sustancia de la verdad absoluta...
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(Dedicada)
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Misk
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