El cristal transparente

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El cuerpo desnudo sobre una losa de cristal, tumbado y lozano, fríos los dedos entre las estrías, llanos de la sensibilidad que se apoya, un corazón que implora y el suave rumor de los pies cuando sienten el recorrer de la plana densidad, llegan al final de cada vértice, son cuatro de diferentes nombres, como los puntos cardinales; el viento recorre todas las latitudes y en círculos bordea dentro y fuera del cristal. Me doy la vuelta como queriendo escuchar, y en un lejano encuentro veo el reflejo del cristal, unos ojos miran, su color diferente al mío, pero de la misma intensidad, quiero decir, y de mi garganta solo sale el aliento concentrado, que tras mucho años quedo preñado o enrejado entre las venas, intercambios perfectos de una naturaleza, se estiraron tanto, que hoy solo son esos latigazos distendidos y enmudecidos.

El cristal transparente, grueso y sujeto al tiempo, permanece hoy erosionado y ancestro, pero no por las eras, de los dichos y las dichas, si no por que el mismo frío que llego de las estalactitas del llanto de una lagrima, perdida y envuelta en sueños, se escurrió en el traspiés de la vida y formo un bloque de hielo de apéndices de fabulas.


Y sigo mirando y pongo mi oreja
en el cristal, escucho los latidos de una vida, que se abre apetente a mis sentidos y la ambición boyante, se adentra como una garra veloz en las entrañas aun no nacidas, me hace reír y ruborizar los tempranos colores ultravioletas, y fecunda lo irreal, con lo autentico de una existencia, transita, recostándose a la par de mis sentidos, implicando y confundiendo a sabiendas de lo hermoso, me hago vulnerable y quiero mas… experimento la vida con los golpes del pecho, noto y presagio la síntesis del origen, la energía, y sin pensarlo alargo mi mano, estirándome al sueño, saboreo, examino, miro y paladeo sin percatarme de la apariencia de un reflejo.

Me di la vuelta, conmoviendo al frió hielo, de mi cuerpo se manifestaban en desbordante trance, el ardor sostenido, que en favor del viento, deje al engaño seguir mortificando el cristal difuminado, en el destello inmortal de un... te deseo.



Misk
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