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Un accidente mortal del alma
y el cuerpo, voy andando
y me separo de la tierra,
y los sentidos más opuestos,
me transforman,
dentro de la celda que convierte
la carne, guía mis pasos en las tinieblas,
con los escudos voy forjando
el tiempo de un antojo, tu ilusión óptica,
el sueño perpetuo entre tú y yo.
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Realizas magistralmente
con tus dedos, el pincel
que marcara la época
de un conocimiento,
tu rostro se multiplicara
en mil colores extraños,
tu cuerpo nacerá de aguas templadas, tu alma gemela rotara a la mía,
se fundirá al cambio de un beso inmortal,
y asumirás hacia el mundo,
tú derrota de pálidos espectros,
el corazón morirá...
y nacerá como la noche rugosa...
se fundirá al cambio de un beso inmortal,
y asumirás hacia el mundo,
tú derrota de pálidos espectros,
el corazón morirá...
y nacerá como la noche rugosa...
Cada noche cuando el bosque abrace los sueños,
se rendirá a los encantos febriles de nuestros ojos,
y en un acto de bondad,
manifestara en miles de estrellas, el polen
de un conocimiento,
la sensación de nuestras sangres cambiando
y separándose del cuerpo;
y creeremos,
en los posibles versos que vestirán nuestras almas,
sin importar los miedos del mundo,
cabalgaremos invertidos en los viajes
recorriendo el universo,
y seremos una verdad, una leyenda de amantes
que sostuvieron el tiempo en el reflejo vivo
que eterno retomara las sustancias de los sentidos;
y una reforma de transición
exterminara con un rayo los extremos
que en cenizas humanas retomaran
como dioses parte del universo.
seremos un reflejo irisado entre la arcilla
que brota en los orificios
de una reencarnación,
y lo irracional solo habrá partido el cuerpo en dos,
como la vida anímica sensible al amor.
pero esta ceguera que un día cayó del sol,
me exige la renuncia y volver a mi celda,
a discutir con el alma, soportando
las vagas nociones del recuerdo sentido...
la seducción añora la última justicia,
la realidad como tal que me impide ver el sol,
como una norma establecida,
pero lo cotidiano es mirar la separación
del cielo y la tierra,
tu condición educada como concepto
a un destino, el estado de la muerte,
en lo invisible y flotando aturdido
en un corazón inservible.
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Misk
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2 comentarios:
Linda expresión de la nostalgia. Un escrito con fuerza propia.
Besos,
Ana.
Hola A
Son las incertidumbres
un destino que hay que vivir.
Abrazos
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