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Todo esta oxido en ese universo
de apagadas navajas, y el insomnio
sale del llanto en vena
y escurre, lento, marcando pautas
hasta tocar la tierra ya vacía,
formando lluvias que no terminan nunca,
hasta esos resplandores del alma,
donde convergen entre el cartón
y el aire, ese oxigeno, ese temblor,
y los ojos... los ojos se ahogan, se van...
Y es el fracaso de un beso,
las herencias del amor, el pecho
quieto y tan caliente, de aquellas noches
viejas, bajo lumbres y escotes
callados tiempos, y tan intensos...
tan pequeños, y te quiero...
otro año, sin ti... eterno pecado,
y me deslumbras,
esta memoria mía, de la vida...
y siempre alucino en las marismas
enredaderas de cauces desnudos
remotos y tan sutilmente sombreados,
y ruedo, y que se yo...
Descubro estéril este corazón
y pido permiso mientras el frió anda
bajo la carne, con el dolor hablo,
deseo, deseo, deseo...
y tu como canto lejano vuelves
a esconderte entre mis dedos,
como la tierna primavera,
y me avergüenzo, y amo... si, amo...
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Misk
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