La Cojonera


Mas yo a la mañana siguiente
al llegar al rincón y ver
esas alas tempranas,
guarde para mis adentros
los versos de amor.

Cayeron fusilados al observar
partirse el queso bajo
unas antenas de pasión, que yacían
junto a otras agarradas
en la sensación del deseo y la frustración.

Y el sentimiento desgastado
llego a mi en forma de horror,
cuando supe que mis manos
eran al fin y al cabo
su enterrador.
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Misk
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A petición de una compañera
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